La manzana es una fruta de la que
podemos disfrutar durante todo el año, además de ser muy beneficiosa
para nuestra salud. Cuando hacemos dieta es uno de los alimentos que no
puede faltar ya que se convierte en el “snack” perfecto para
comer al medio día o a media tarde cuando el hambre empieza a aparecer.
Tiene grandes beneficios para nuestro organismo, pero para poder
disfrutar de todos ellos es importante consumirla con piel.
Muchas personas pensarán que la piel de la manzana hay que quitarla,
que contiene suciedad o que no acaba de ser beneficiosa, pero todo lo
contrario. La piel de manzana contiene una gran cantidad de nutrientes
favorables para nuestro organismo.
El ácido ursólico, es una de las sustancias que está
presente en la piel de esta fruta. Es beneficioso para los músculos
porque les ayuda a crecer correctamente, evitando que se desgasten de
forma innecesaria. Es un antiinflamatorio natural, así como un potente activador del colágeno de la piel que ayuda a que ésta no se deteriore tanto. Además, controla los niveles de colesterol y glucosa en sangre.
La pectina es un hidrato de carbono complejo que ayuda al tránsito intestinal, y que también se encuentra en la piel de la manza. Ralentiza la absorción de nutrientes como por ejemplo los azúcares refinados o las grasas.
Incluir la manzana en vuestra alimentación diaria, os aportará muchos beneficios.
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